5 lecciones de vida que puede enseñar la profesión de piloto

Convertirse en piloto te cambia, aunque no te des cuenta al principio: hay aspectos de la vida transcurrida entre el cielo y la tierra que te hacen afrontar los retos cotidianos de forma diferente a como lo hacías antes.

Viajar ya implica una percepción diferente de las experiencias y los problemas, pero ser piloto te pone en situación de afrontar con resolución situaciones a veces muy complejas.

Intentemos enumerar aquí esas «lecciones de vida» que la profesión de piloto puede enseñarte: ¡quizá algunas de ellas ya te resulten familiares!

1) Los resultados se consiguen trabajando duro

Un piloto aprende desde la fase de formación que se necesita mucho trabajo para lograr resultados satisfactorios. Obtener una licencia lleva horas de estudio y horas de vuelo, e incluso una vez obtenida, no se deja de aprender y estudiar.

Incluso los que tienen mucha experiencia aprenden pronto que dominar esta profesión requiere horas de estudio y muchos vuelos. Una lección válida en todas las profesiones, pero también en muchos aspectos de la vida cotidiana: las cosas no siempre se consiguen fácilmente, sobre todo las más valiosas.

2) Mantener la calma

En la vida como en el vuelo, cuando ocurre algo inesperado, mucha gente entra en pánico. En la cabina, sin embargo, no hay escapatoria y mantener la calma puede marcar realmente la diferencia entre una posible tragedia y una buena historia que contar a los compañeros.

Gestionar las emociones y mantener la concentración incluso ante una situación grave es una de las habilidades que la profesión de piloto puede enseñarte. Uno aprende esto después de horas de entrenamiento y de haber dominado las rutinas y procedimientos de vuelo.

3) Siempre hay alguien mejor que tú

No importa lo alto que asciendas en tu carrera, siempre habrá alguien más arriba, alguien que pilote un avión más grande que tú, alguien que gane más que tú, alguien que vuele más a menudo que tú.

Aunque los pilotos no son conocidos por su humildad, la aviación puede enseñarle a dejar a un lado la arrogancia. Eliges volar porque realmente sientes que lo haces por pasión y no para presumir de tu profesión ante tus amigos.

4) A veces es mejor posponer

A menudo tendrá que decidir si emprende o no un vuelo en condiciones meteorológicas adversas o en situaciones que no son totalmente seguras. En estos casos, conviene recordar que a veces aplazar una elección puede ser la mejor opción.

5) El trabajo en equipo siempre es importante

El piloto tiene la misión de llevar un avión con seguridad del punto A al punto B. Cuando lo hace, nunca está solo, sino que trabaja con una tripulación que le apoya en sus decisiones y le permite concentrarse en el vuelo.

Sin el trabajo en equipo, el conductor sería mucho más propenso a cometer errores, como ocurre en cualquier entorno de trabajo y en la vida cotidiana.

Las emociones duran un momento, los logros permanecen para siempre

La sensación de tu primer vuelo en solitario, el orgullo de tu primera misión, el subidón de adrenalina tras un vuelo turbulento: todas ellas son emociones que te acompañarán a lo largo de tu carrera como piloto, pero sólo duran unos instantes en comparación con la sensación de logro que sigue a una hazaña.

No vayas en busca de emociones fáciles, porque son efímeras: trabaja para mejorar y alcanzar nuevas metas. En la vida, como en el vuelo, lo que cuenta no es sólo tocar el cielo con un dedo, sino ser capaz de llegar más lejos.